domingo, 26 de abril de 2020

EXTRATERRESTRES DE VENUS

                                       



 LOS EXTRATERRESTRES DE VENUS






                                             
POR EL MAESTRO RABOLU - 


Trascripción tomada de la conferencia realizada por el V.M. Rabolú en la ciudad de Medellín, Colombia - Palacio de las Exposiciones el 10 de julio de 1979.
"No voy a hablar más de lo necesario, sino de lo que me consta, de lo que he podido vivenciar, tocar y palpar.
Para mí la vida de los extraterrestres es una realidad, de hechos. Lo que me admira mucho es que los científicos, por medio de todos sus aparatos, no hayan podido llegar verdaderamente, o no hayan querido, tal vez, aceptar que hay vida, hay habitantes, seres superiores a los de nuestro planeta.
Voy a hablarles sobre la vida en Venus —como les decía—, de lo que me consta, y que puedo hasta dar un juramento, si me tocare, porque no voy a mentir.
Venus es un planeta que en realidad no tiene nada que ver con la involución. Nosotros imaginamos a los demás planetas y queremos compararlos con el nuestro, y ahí estriba la equivocación de los científicos y de las personas que tienen dudas. No podríamos jamás ir a comparar la vida en Venus o en Marte con la nuestra. Hay un ciento por ciento de diferencia. Nosotros nos encontramos demasiado atrasados para poder comprender y aceptar la evolución —que podríamos decir evolución para que entienda mejor el público—, pero que para mí es revolución de aquellos planetas que se han superado múltiples de siglos adelante.
En Venus, los seres —hombres y mujeres— tienen la misma estatura. Ellos crecen a voluntad. No hay seres más altos, más bajos, más gruesos, más delgados, más feos, más bonitos, sino que es un estándar. El crecimiento de ellos llega a la misma altura. Todos son delgados, rubios, ojos azules. La piel, podemos decirle, como transparente, o sea como angélica, una piel suavecita.
Ellos a la muerte no le tienen pavor. Ellos nacen y mueren a plena voluntad. O sea, que Venus es un paraíso. Sería el cielo para nosotros comparándolo con la vida nuestra.
Voy a narrarles: después de que ellos nacen, crecen, se educan sin costo alguno, sin dinero, tienen una cultura esplendorosa, cada uno se desenvuelve en un arte y trabajan dos horas diarias, mujeres y hombres, cada uno en una especialidad. Allá tienen derecho a todo. Esas naves que acabamos de ver, las hay de dos tipos: una alargada, en forma de tabaco, y otra en forma de capilla o de circunferencia. Esas naves de Venus las manejan todos y no hay nadie que diga: "Esta nave es mía o es tuya". Tienen sitios, naves madres, en las que una pareja o una tripulación puede salir a dar un paseo libremente después de cumplir sus dos horas de trabajo diario. No tienen que pedir permiso a nadie para tomar la nave y dar un paseo a donde le parezca. La toma, la prende, se va y, al regresar, vuelve a su mismo punto de partida, o sea, la deja donde la encontró, para que la coja otro que la quiera usar. Esa es la vida en Venus.
En Venus, por ejemplo, —vamos a hablar en nuestro lenguaje— allá, hay restaurantes. Llega un venusino que sintió hambre, se sentó. No necesita pedir la comida porque inmediatamente le llega. Ellos tienen la intuición y la telepatía completamente desarrolladas. Entonces el verbo se usa muy poco.
Hablan todos los idiomas. Sin embargo, ellos no usan el verbo porque no lo necesitan; porque ellos con la telepatía y la intuición tienen más que suficiente. Ese venusino come y sale, tranquilamente se va, no tiene que decir cuánto vale, ni nada. Lo mismo sucede con la ropa, es estándar. Esa ropa la sacan de una fibra de mar.
Elaboran la ropa elástica. Podríamos decirles que se acomoda a todo el cuerpo. Y el calzado lo mismo, es estándar. Una sola medida para todos, porque todos crecen a plena voluntad.
Cuando un venusino ya se aburre de tener el cuerpo físico, muere, pero lo hace a voluntad. No muere por epidemia como nosotros, sino él muere a voluntad. O sea, pide permiso para que le quiten ese cuerpo, para volver a tomar otro nuevamente. En los edificios hay un conducto o una ranura hecha a la misma medida de un cuerpo de un venusino, entonces ese cadáver lo meten por esa ranura, cierran la compuerta y aprietan un botón, y en minutos está en cenizas ese cuerpo. Entonces, si alguien las pide, se las entrega y luego las arrojan al mar.
Allá no existen las familias como aquí, en nuestro planeta, sino que existen parejas, matrimonios. Porque los hijos o niños nacen y son pasados al Estado, donde van a ser alimentados y educados debidamente. El papá y la mamá de que hablamos nosotros aquí, no se preocupan por ese niño, porque saben que lo van a preparar debidamente y, de acuerdo con su vocación, lo educan.
De modo que allá nadie llora por el hijo, ni el hijo por sus padres, porque no existen esas familias voluminosas como en nuestro planeta, sino existen parejas.
En todo el planeta Venus se mueve todo lo que sea maquinaria por medio cíe energía solar. Todo es automático. Allá nadie suda trabajando, porque todo es a base de maquinaria. Fíjense ustedes la diferencia que hay, no más, en la construcción de un edificio. Ellos cuidan mucho la vida, son precavidos. En un edificio que van a construir, pongámosle de cinco plantas, ellos comienzan por la azotea. Dirán ustedes, pero ¿cómo van a empezar a construir de arriba hacia abajo? Ellos construyen la primera planta aquí en el suelo, que viene siendo la azotea, el último piso. Entonces, por medio de unos aparatos movidos por energía solar, suben esa planta y empiezan a construir la otra.
Mejor dicho, todo lo construyen abajo sin necesidad de arriesgar la vida colgados de lazos o de trapecios. No señor, ellos edifican desde abajo el edificio que sea, de las plantas que sean, porque van movidos por ciertos aparatos que podríamos decirles rodillos, movidos por energía solar y van levantando el edificio. Ellos siempre trabajan abajo, no van a exponer la vida; a desencarnar por una imprudencia.
Otra cosa que se observa allá son los árboles. No hay árboles gigantes como los que existen en nuestro planeta. Allá los árboles frutales son pequeños, muy pocas hojas y demasiados frutos. Ninguna persona come frutas como acá, de cualquier manera, sin lavarlas, no. Allá ni siquiera toman la fruta con la mano. Hay aparatos para coger las frutas, y de ese aparato van a un estanque de agua que está en rotación. Y de allí sale por tuberías a unas maquinarias de donde salen pulverizadas a través de un proceso. Y es cuando ellos van a utilizar eso como alimento. Lo mismo sucede con el pescado. El mar allá no es como el nuestro, es completamente azul, muy transparente, porque pueden verse las grandes profundidades, ya que no hay oleaje. El mar es quieto como una laguna... Ellos tienen criaderos especiales de peces, donde los alimentan, y tienen una red especial en la que cogen únicamente el pescado grande, el pescado que van a utilizar sin maltratar a los demás.
Fíjense ustedes, allá los peces son mansiticos, ¿por qué? Porque ellos tienen aparatos especiales para cogerlos sin maltratar a los otros, y cogen únicamente el que van a utilizar.
Ese pescado que fue sacado del agua pasa por una maquinaria en donde le sacan las escamas, las vísceras, en fin, todo el desperdicio. Y siguen a unos estanques donde es lavado y pasa a otra maquinaria cíe donde sale pulverizado. O sea, que allá nunca hay epidemias, porque todo es demasiado higiénico.
Estoy narrándoles de lo que me consta, de lo que he podido vivenciar y me atrevo a decirles a ustedes que ellos me están visitando; constantemente me encuentro con ellos en su nave. Me han anunciado un viaje para Venus de un momento a otro.
No me han dado fecha, pero estoy seguro de que me van a dar un paseo. No es definitivo, porque yo no aceptaría irme para Venus, ya que hasta allí quedaría mi ascenso y no podría aceptar tampoco. Yo tengo mi misión que cumplir en favor de la humanidad y sería contraproducente para mi parte espiritual. Y no acepto la ida a Venus a quedarme, ni se la aconsejo a nadie por una sencilla razón: aquí estamos nosotros en un planeta, donde todos en general somos diablos —hablémoslo así— porque vivimos como en un corral de fieras. Si nosotros nos salimos de nuestro planeta para revolucionarnos en Venus o Marte, quedaríamos estancados en el trabajo, puesto que allá no existe ni lo mío ni lo tuyo, o sea, los defectos. Al no existir los defectos, hasta ahí llegaríamos, puesto que nosotros somos tan mecánicos o atrasados, que si no nos están chuzando no caminamos. Allá quedaríamos como, por ejemplo, tener nosotros un mono en un zoológico; así se ve un terrícola allá.
Realmente ustedes ven que yo no soy un elemento barrigón y a mí me da vergüenza, que al pie de un venusino quedo como un fenómeno, un anormal, ante el cuerpo de un venusino, a uno le da vergüenza.
Sea esta la ocasión para describirles un poco más sobre estos seres. Les voy a decir que los venusinos son ángeles con cuerpo de carne y hueso. Que están sujetos a las cuarenta y ocho leyes nuestras, porque ellos son seres superiores y manejan la vida, manejan la Naturaleza como lo desean. Por ejemplo, allá quieren que haga frío, hace frío; quieren que haga calor, hace calor; quieren que se oculte el sol, se oculta. Manejan la naturaleza en sus cuatro elementos a plena conciencia y voluntad.
Allá he notado algo muy raro, porque nosotros, aquí, hacemos una casa y hacemos divisiones por todos los lados, ¿no es cierto? Una pieza para el matrimonio, otra para el servicio, otra para los hijos y, en fin, otra para cualquier peregrino que llegue. Y allá son salones, una casa o edificio sin divisiones. Sin embargo, se encuentran todos los servicios en el mismo salón: hay dormitorios, hay baños, todo. ¿Cómo hacen? Por ejemplo, hay una pareja que quiere acostarse a dormir porque la vida es muy libre allá, al que quiere acostarse nadie le va a decir nada, aprieta un botón y se forma un cuarto oscuro donde están las camas listas. A ese cuarto oscuro todos lo respetan, porque saben que hay una pareja durmiendo ahí y pasan en silencio con un profundo respeto. Se levantan y quieren bañarse, aprietan otro botón y forman un cuarto con su "regadera" (ducha). Pero no son divisiones toscas, sino de energía solar, nada más. O sea, que en un edificio de esos se encuentran todos los servicios que uno quiera. Basta con apretar un botón y consigue lo que desee". 

"Las calles, avenidas o calzadas como le llaman en México tienen una cinta inmóvil en el centro, pero las dos vías de afuera son móviles, es decir, como cuando uno sube a un ascensor. Si el peatón quiere caminar lo hace. O, si quiere estar quieto, la misma cinta lo lleva al sitio donde él va a trabajar o va a hacer sus diligencias. No necesita moverse. Hay vehículos para transportar pasajeros que son completamente diferentes a los nuestros. Allí no hay carros con llantas, sino calles que se mueven como un edificio con diferentes apartamentos donde están marcados y numerados cada uno, entonces el pasajero se embarca. Ese apartamento entra automáticamente a la calle y sigue su rumbo, de tal forma que no hay accidentes. Todo es movido por energía solar. Allí el que quiere caminar, camina. El que no quiere caminar, no lo hace. Y el que quiere embarcarse en dichos aparatos, se embarca tranquilamente.
Fíjense ustedes todas las diferencias que existen entre la vida de Venus y la nuestra. Por eso es que el terrícola no quiere aceptar de ninguna forma esa vida superior, tres veces superior a la nuestra.
La de nosotros es mecánica, la de ellos completamente espiritual. Allá no existen las iglesias ni las religiones. La religión de ellos es una sola, que es el trabajo con los tres factores, o sea la eliminación de los defectos, porque no vayan a creer que porque son venusinos ya están liberados, ¡no! Tienen lo que se llama residuos de los defectos.
Entonces ellos están luchando por la perfección. Ellos lo que quieren con nuestro planeta es darnos ayuda. A ellos no les interesa para nada el dinero, o cosas por el estilo.
¿Qué van a hacer ellos en un corral de cerdos? Ellos conocen muy bien la vida por dentro y por fuera de nosotros y lo que se nos avecina. Ellos están luchando por auxiliarnos con sus naves. Llegará el momento en que pondrán esas naves al servicio, para transportar gente sacándolas del peligro y llevarlas a sitios más seguros a la vez. Y, al final, serán los vehículos de transporte para el Éxodo. Si es que alcanzamos verdaderamente a tener mérito para el Éxodo.
Esos platillos voladores serán los vehículos de transporte. De modo que ellos quieren ayudarnos.
Los venusinos tienen un cinturón con una hebilla o switch grande, el cual va acompañado de una gran cantidad de botones que prenden como un semáforo, rojos y azules. Están prendiendo y apagando a cada momento.
Cuando hay un peligro para ellos, sólo tienen que apretar el switch o hebilla —o como queramos llamarle aquí— y por todos los botones que están prendiendo y apagando sale fuego en forma de círculo alrededor de ellos. Ese fuego es tan poderoso que es capaz de desintegrar una bala.
Ahora, hay un arma mucho más poderosa, que en realidad rara vez llegan a utilizar. Toda nave pequeña o grande lleva una especie de cofrecito herméticamente cerrado, que tiene una válvula de escape solamente. Este cofre nunca falta en ninguna nave, porque es el arma más poderosa. Con esa arma no causan daño a nadie. Sin embargo, cuando dejan escapar un poquito de esa sustancia o gas. Paralizan las mentes humanas, las máquinas. Los armamentos, aviones, carros. Todo queda paralizado. Si ellos soltaran ese gas, nosotros los humanos quedaríamos como idiotas. Nos pueden manejar como quieran, porque quedamos con la psiquis paralizada. No hay una sola nave que no tenga esa arma. Si quieren paralizar una ciudad, por ejemplo, dejan escapar un poquito de gas y pueden entrar por las calles. Y luego salir sin que nadie pueda levantar una mano en contra de ellos.
El arma del cinturón sí es mortífera el ciento por ciento. Esa sí es para matar instantáneamente. Es como un rayo.
De modo que todas esas cosas que les estoy diciendo me constan, he podido vivenciar todo esto. No son ni una ni dos ni tres las veces que he estado conociendo y examinando la vida de estos seres. Para mí, ya es una cosa completamente normal un platillo, un ser extraterrestre. Son personas inofensivas. Ellos no quieren, de ninguna manera, ni de pensamiento siquiera, causarnos daño. Nosotros somos las fieras para ellos, y por eso están apareciendo esporádicamente; para irnos amansando. Para que nos acostumbremos a ellos y puedan aterrizar en un momento oportuno sin que ellos tengan que proceder a defenderse.
En realidad, esto es como un cuento de hadas, tal vez, para muchos de ustedes. Pero, eso sí, me atrevo hasta a jurarlo, si me tocara, porque estoy hablando de lo que me consta, de lo que he podido vivenciar, no una vez, como ya les dije, sino muchísimas veces. Creo que está un poco explicado esto, y espero que sepan que ni con el intelecto ni con el dinero se puede llegar a un conocimiento superior.
Por eso la Gnosis enseña, da claves para que cada uno adquiera y llegue al Conocimiento sin necesidad de preguntarle a nadie, ni utilizar aparatos especiales para llegar a conocer algo increíble, algo real, algo superior.
Hace muchos años me dediqué a la investigación, valiéndome de mis facultades, para ir verdaderamente penetrando por el camino práctico; para no comerle cuento a nadie. Estoy haciendo lo que debe hacer cada uno de ustedes y empezar por el camino práctico para llegar al Conocimiento.
Este Conocimiento tiene dos aspectos: el objetivo y el subjetivo; el corazón y la mente. El intelecto no es malo, ni estoy contra el intelecto.
El intelecto solo, no sirve para la parte esotérica. Hay que equilibrar la parte intelectual con la Esencia, con lo esotérico o con lo práctico. Equilibrando nosotros estos dos aspectos, ahí sí, podemos decir: tengo conocimiento. Porque la palabra conocimiento viene de conocer. Ahí es donde se equivoca uno, porque cree que si se aprendió diez o veinte libros de memoria, tiene ya gran conocimiento. Ese conocimiento es de la mente. El conocimiento del corazón nos permite sobrepasar todas las barreras, no hay nada oculto, lo que uno no ha visto con las facultades. Podemos pasar todas esas barreras del ocultismo o lo que no era real para uno.
De modo, pues, que el Movimiento Gnóstico, ahora, con esas reformas por las cuales va a pasar, dará cabida a que todo ser humano que quiera verdaderamente llegar a un conocimiento propio y directo, lo va a tener.
Nosotros podemos llegar a la vida de Venus, de Marte y de todos esos planetas superiores.
Si nosotros anhelamos llegar a la salvación, debemos trabajar. Lo que dice la Biblia, irnos donde esos mercaderes, que son los mismos defectos que nos tienen a nosotros atrapados en este planeta. Debemos lanzarnos, volvernos unos revolucionarios contra nosotros mismos.
Nosotros lo que hacemos es aplicar una revolución contra nuestros semejantes y la verdad es que es contra nosotros mismos. Se le dice Revolución. Una partícula que se le dice Esencia, se le dice Alma, se le dice Budhata, pero es Dios en miniatura dentro de nosotros. Y esa partícula divina es la que impulsa la parte emocional de uno para lanzarse contra nuestros propios enemigos que llevamos dentro de nosotros.
No hay que buscar evasivas. Hay que afrontar el problema aquí y ahora. No debemos dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. Hay que empezar a trabajar sobre nosotros mismos.
Cuando nosotros empezamos a eliminar los defectos, empezamos a aumentar aquel porcentaje de Conciencia que llevamos dentro de nosotros. Porque cada elemento psíquico tiene un porcentaje de Conciencia atrapada. Al eliminar el defecto, ese porcentaje de Conciencia vuelve a su punto de partida, queda consciente. Entonces se aumenta esa luz dentro de nosotros. Entonces vamos aprendiendo a desenvolvernos en las diferentes dimensiones a plena y perfecta Conciencia.
Esto que les he narrado esta noche, aquí, cualquiera de ustedes lo puede vivenciar siempre y cuando se ponga a trabajar seriamente. Estos no son casos del otro mundo. Todo está al alcance y capacidad de nosotros. Querer es poder.
De modo, pues, hermanos, les invito a que reflexionemos un poco y no crean que esto es imposible. Todo esto es posible si nosotros nos lanzamos verdaderamente al campo de los hechos, a convertirnos en unos revolucionarios dentro de cada uno de nosotros.
Por esta noche me despido de esta comunidad deseándoles muchos triunfos y estaré muy pronto con ustedes".
Paz Inverencial
V.M. Rabolú.







sábado, 11 de abril de 2020

... Y EL TIEMPO HA LLEGADO

... Y EL TIEMPO HA LLEGADO

 el 11 de abril de 2020
(Gnosis para unos pocos: la nota de síntesis)


... Y EL TIEMPO HA LLEGADO


He aquí, el Señor devasta la tierra y la hace desierta, cambia su rostro y dispersa a sus habitantes ...

Esto le sucede al sacerdote como al laico, al amo como al esclavo, a la dama como al sirviente, al vendedor como al comprador, al prestamista como al prestatario, al acreedor como al deudor.
Ve, gente mía, entra a tus habitaciones, cierra las puertas detrás de ti. Escóndete por unos momentos hasta que pase el cólera, porque el Señor dejará tu morada para castigar los crímenes de los habitantes de la tierra;
Algún día Jacob echará raíces, Israel producirá flores y capullos, y cubrirán el mundo con frutos.
Así, el crimen de Jacob expiró, y este es el resultado del perdón de su pecado: porque él rompió las piedras de los altares del mal, como las piedras de cal se aplastan; entonces los cultos sucios y los ídolos de arcilla ya no se levantarán, porque la ciudad fuerte es ahora una soledad, una morada abandonada como el desierto. Aquí los bueyes pastan y pasan la noche y comen ...
En ese momento el Señor triturará trigo del lecho del río al torrente de Egipto. Y serán atrapados uno por uno, hijos de Israel.
En ese momento sonará la gran trompeta ... He aquí, por orden del Señor, un hombre fuerte y poderoso viene como una lluvia de piedras, un huracán destructivo. Como trombas que golpean la tierra violentamente.
En ese momento, el Señor de los ejércitos (Iahuvehú Sabaoth) será una corona resplandeciente, una diadema espléndida para el resto de su pueblo ...

Isaiah-ch. 24 a 28 (síntesis)
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